Era una joven en los comienzos del siglo XX. Por eso vivió las dificultades de la guerra de 1904.
Su pasión y orgullo por la divisa no le permitió formar su propia familia.
Los enfrentamientos entre las divisas blanca y colorada fueron el motivo por el que vio partir al amor de su vida a los campos de batalla. Al despedirlo le dijo:
–Si no es en esta vida, será en la otra, pero siempre estaré contigo.
Cuando contaba, sus ojos brillaban llenos de lágrimas.
Su vida fue sencilla y austera.
Cumplió su promesa y murió con ochenta años, soltera. en su humilde casa.